En blogs anteriores ya hemos tocado temas acerca de la comunicación verbal y no verbal donde abarcamos gran parte de lo que estas áreas pueden influir, sin embargo, no tocamos un punto muy importante que tenemos todas las personas y que bien o mal implementado lo usamos para proyectar una comunicación específica.
Estoy hablándote del lenguaje corporal, este término se refiere a una forma de comunicación basada en los movimientos del cuerpo y del rostro. Quiero hacer hincapié en que no se debe confundir con la imagen no verbal, ya que esta última se refiere a un conjunto de estímulos diseñados para comunicar a través de todo lo que no se relaciona con la palabra oral o escrita.
Ahora bien, en el blog de hoy quiero ser muy precisa en los movimientos efectivos del cuerpo para impactar a una audiencia en un discurso, presentación o todo lo relacionado a hablar en público o frente a una cámara.
Antes de pasar a lo técnico, quiero contarte que los movimientos corporales van a ser el reflejo de lo que sentimos y queremos proyectar, es una gran herramienta para saber cómo se siente alguien y también cómo tu audiencia o receptor está recibiendo el mensaje. Hay una regla que me encanta… Imagina que te encuentras presentando un proyecto profesional a 10 ejecutivos o compradores potenciales, si 3 de ellos llegan a bostezar, es por lo obvio, tienen cansancio, pero si sucede que la mitad, es decir, 5 de ellos bostezan… ¡Alerta! Algo los está aburriendo de tu presentación. Por otro lado, ¿te has dado cuenta que cuando tienes atención total a lo que alguien está diciendo, te inclinas hacia adelante? Esto en la mayoría de los casos se hace de manera inconsciente y tiene que ver en gran parte con el interés natural que el receptor está teniendo de un mensaje.
El movimiento de los brazos.
Cuando hablas en público tu objetivo siempre debe ser que se mantengan enfocados en ti, teniendo eso obtendrán el mensaje que buscas compartirles. Uno de los mejores métodos para lograr una audiencia cautiva, es hacer movimientos asimétricos con los brazos, recuerda no exagerar, ya que cómo lo vimos en blogs pasados, usar muchos ademanes va a generar que te perciban como descontrolado.
Mueve tus brazos de manera relajada pero al mismo tiempo de diferente forma. Si se te dificulta esto, puedes comenzar apoyándote de tu bolsa del pantalón, en una pluma o hasta de un par de hojas, recuerda que te debes adaptar poco a poco a tus movimientos. Una recomendación importante es que evites mantener codos pegados a tus costillas pues limitará en gran medida la apertura que debes proyectar.
Postura.
Hablamos en otro blog acerca de lo que proyecta una mala postura y si bien, te recuerdo que refleja desgano y mayor edad, quiero ahondar esta vez en la postura de tu cabeza, que por cierto es bien importante al presentar en público ya que va de la mano con el contacto visual.
Si la línea de visión (tu cabeza) se inclina hacia el piso, vas a comunicar sumisión y nerviosismo. Por el contrario, si esta se fuera hacia el techo, vas a reflejar olvido y hasta prepotencia. Esto no significa que no puedas acompañar tus movimientos corporales con el de tu cabeza, todo se basa en la duración que tenga esta acción y su coherencia con lo que estás diciendo.
Movimientos de las manos.
Muchas veces al presentar en público te vas a enfrentar con este cuestionamiento: ¿dónde pongo mis manos?, y es bien importante porque recuerda que ¡todo comunica!, es por eso que te traigo las posturas más usadas y lo que reflejan para que puedas usarlas siempre en el contexto adecuado de tu presentación.
Cruzar tus brazos: Es un movimiento arriesgado pero también lo podemos usar como una herramienta para ser contundentes con lo que estamos diciendo. Si lo usas de manera equivocada (en un discurso donde no lo requiera), vas a comunicar lejanía e inaccesibilidad.
Manos hacia atrás: Casi nunca lo recomendamos en nuestros clientes, ya que fácilmente puede interpretarse como que se está escondiendo algo, es una comunicación que debemos evitar si lo que buscamos es que nuestra audiencia confíe en nosotros.
Dos manos en los bolsillos: Es común en algunos oradores o presentadores, sin embargo, cuando es mal implementado puede llegar a reflejar que es una persona con demasiada confianza traducido a una persona prepotente.
Quiero concluir diciendo que no hay movimientos corporales buenos o malos, simplemente estos deben estar en coherencia con el mensaje que quieres dar y la audiencia o persona a la que le estás hablando. Estas recomendaciones no se limitan a cuando se habla en público de manera física, sino que también a toda el área digital, puesto que como lo hemos visto, todo comunica y todo refleja algo en específico. ¡Implementa estas recomendaciones para dar mensajes de alto impacto!
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